Cultura, creatividad y espacio - Agustín Quiroga
Columna por Agustín Quiroga, Director General CQ Estudio.
La creatividad es un factor clave para enfrentar multiples situaciones dentro de una organización. Por consiguiente, es un elemento fundamental que debe estar presente en todo equipo de trabajo.
En la medida que las empresas crecemos, solemos cometer el error de centrar nuestros esfuerzos en la gestión para ser y hacer más eficientes los procesos. Rentabilizar recursos, lograr dar una respuesta eficaz a nuestros clientes, muchas veces atenta en contra de la creación de valor. Reduciendo en muchos casos el espacio para el desarrollo de la creatividad. No debemos apostar por eficiencia o creatividad, la clave está en un justo equilibrio entre ambas.
La eficiencia y la creatividad pueden y deben coexistir.
La gestión de la creatividad se vuelve relevante en un mercado que busca la diferenciación, creemos que hacer crecer una empresa creativa requiere poner énfasis en la diversidad. La creatividad se fomenta cuando se cruzan personas de diferentes disciplinas y diversos puntos de vista, es parte de un proceso colectivo. Si alguien viene de una disciplina o industria diferente, aporta una perspectiva distinta a la mesa.
Cuando se integran las diferencias, estas nuevas ideas son las que conducen a avances.
En una organización creativa y eficaz, la diversidad significa inclusión y valoración de la singularidad de cada individuo. Una organización necesita tener una cultura que valore las opiniones de los demás, escuche las perspectivas de todos y aprenda de las diferencias. Cada voz cuenta, son las diferentes voces en un debate las que nos desafían a probar una forma diferente y crear cosas nuevas.
Gestionar una cultura creativa significa estar dispuesto a experimentar incluso dentro de la premisa de la productividad. Crear una plataforma que permita a las personas experimentar, innovar y colaborar, da los ingredientes necesarios para que se desarrollen nuevas ideas, servicios y productos. Es importante crear una cultura en la que las ideas importen. Esto significa plataformas que le den a las personas la oportunidad de participar en investigaciones e instancias de generación de ideas.
Muchas veces se dice que "la cultura se come la estrategia para el desayuno" y el diseño del lugar de trabajo devora la cultura en todas las demás comidas.
Si nuestro espacio no hace lo que predica, todo será en vano.
Nuestros colaboradores experimentan los valores, la cultura y las prioridades de la organización desde el espacio de trabajo que creamos, por lo mismo el diseño del espacio es una herramienta fundamental para fomentar una cultura creativa.
Si somos capaces de diseñar una combinación de diferentes espacios que se adaptan al trabajo en equipo individual y colaborativo, ambos integrales al pensamiento creativo, aumentan la probabilidad de interacciones sociales fortuitas y la interfaz de ideas, colocando a una organización en la mejor posición para fomentar pensamiento creativo.
Si bien algunos pueden creer en el mito de que la innovación solo proviene de un individuo o cuando un pequeño grupo de personas está encerrado en una incubadora similar a un garaje, entendemos que la creatividad viene en cualquier tamaño y puede inspirarse y nutrirse a través de la colaboración, la diversidad y la creación de espacios de trabajo donde la gente se reúne, pero también la estructura de la organización debe responder. Para que esto suceda debemos olvidarnos de las estructuras jerárquicas y tender a construir estructuras interconectadas y que se adapten al cambio.
Si queremos exigir más creatividad de los equipos, es vital que el lugar de trabajo está diseñado y organizado para esto.